miércoles, septiembre 02, 2009

De paseo por LA

Tanto para conocer y nosotros con tan poco tiempo... no importa, algo se hará.


Día 14 (mie 15 de julio): "hoy no me puedo levantar..." dice una canción muy conocida. Bueno, nosotros casi no nos pudimos levantar.


Por Dios que estábamos cansados. Más encima, la noche anterior me preguntaron si sería necesario poner alarma... "noooooo, como se te ocurre....". La pregunta era por dos razones muy claras, 1. estábamos muertos... 2. las cortinas eran un poquito gruesas... Bueno, más sabe el diablo por viejo que por diablo, el Cote tenía razón. Llegamos a saltar cuando nos tocaron la puerta para saber si podían hacer la pieza. Los cuatro a pata suelta durmiendo.

Luego de tomar una especie de desayuno, salimos rumbo a Marina Bay, donde habíamos andado la noche anterior comiendo. Se veía lindo de noche, como no verlo a la luz del día, y que día...

Lindo el lugar, valía la pena sólo para ver tanto yate junto... jeje.

Acto seguido, el destino era Santa Mónica. Si, playa, palmeras, y mucho guardianes de la bahía. La chica nunca entendió por qué me sacaba tantas fotos. Es que de nuevo me sentía como en la tele, y como soy tevita desde pequeña, la caseta con los salvavidas colgando eran imperdibles e inolvidables. Por otro lado, que ganas daban de tener más días... me habría quedado una semana de guatita al sol...
Como lo que menos teníamos era tiempo, nos quedamos un ratito no más... aunque igual descansamos y los chicos jugaron. Al ratito ya estábamos en el auto camino a Beverly Hills y cuanta calle top encontráramos. Quedamos chuecos de tanto ver autos top... Rodeo Drive, tiendas que de seguro nunca entraría ni a conocer... y casas, y más casas, y más casas grandes y lindas, por sobre todo, lindas. Yo no se si tengo los parámetros medios cambiados, pero no las encontré tan ostentosas como lindas, me imaginaba algo más cercano a nuestra idiosincracia, algo bien apoteósico como para demostrar que hay plata. Puede ser que como allá hay tanta, competir debe ser un desgaste innecesario... jeje
En eso estábamos, buscando con nuestro super mapa amigo la casa de elvis, cuando llegamos sin querer queriendo, a las puertas de la casa de Michael Jackson, con ofrendas y todo, y grupos de tour saca que te saca foto. La chica fue la que se dió cuenta, tanto lo había visto en las noticias las últimas semanas que cachó al vuelo... Esto de ser tan contingentes nosotros para los viajes... jaja por poco agarramos hasta funeral!!! Acá ni me creían....
La casa de elvis nada... pero si mi memoria no me falla, y mis conocimientos de cultura pop tampoco me juegan una mala pasada, parece que Michael lo admiraba tanto que se compró la casa... Dato no menor, se casó con la hija...

Luego de aburrirnos viendo casas lindas y lugares comunes, partimos a Malibú, era turno de Two and a Half Men, jaja, seguimos haciendo guiños a la tele... Este viaje fue menos productivo, nunca pudimos bajarnos a la playa. No se en qué nos equivocamos, pero no dimos nunca con un camino que nos dejara meter las patitas al agua. Ya de vuelta, mi amiga Loreto que vive cerca, en san Diego, me confirmó que parece que no hay como... sólo propietarios. Quien sabe, a lo mejor en otra oportunidad... Al menos nos sirvió para almorzar-comer rico por ahí cerca.

Ya tipo 21 horas emprendimos la vuelta al hotel. Pucha que estábamos cansados... y había que guardar fuerzas para el día siguiente. El panorama no permitía levantarse tarde ni quejarse de cansancio... Los niños se acostaron sin ningún reclamo, mal que mal, Disney nos espera!!!

Los Angeles USA

Y llegó el día... y empezó tempranito, y fue un gran día...

Día 13 (martes 14 de julio): después de dormir como las reverendas (entera pava... puse alarma celular sin cambiar la hora...), partimos rumbos al aeropuerto, tipo 5 de la mañana.
La Xime nos llevó, y aunque nos costó ubicarnos en el aeropuerto con los counters, todo resultó diametralmente distinto a lo que esperábamos. En un abrir y cerrar de ojos, ya teníamos asientos... y juntos.
Como estos son todos primer mundistas, la relación inmigración es bien fluida, así que sorpresivamente apenas chequeados, teníamos que pasar directo al trámite con los gringos. Por un lado eso es bueno, pero apenas pudimos despedirnos de la Xime porque estábamos en la mitad del pasillo, y tampoco pudo pasar a esperar con nosotros. En la cola, apurados por uno de esos oficiales gringos al borde de la histeria paranoica, tuvimos que ver como la pobre lloraba y ni sacar fotos podía... hasta para eso se enojan!

Llegamos por fin a Los Angeles, California. Una vez instalados en el hotel, tras ducharnos y todo eso, por muy lindo y top que era, salimos a recorrer rapidito la cuidad que nos convocaba, mal que mal, parece que intuíamos que era mucho para tan poco tiempo... aunque el auto y el GPS fueran de gran ayuda.
Lo primero siempre es lo primero, el Paseo de la Fama estaba top one en la lista de imperdibles, y aunque nos desilusionó un poco la suciedad y el atochamiento, definitivamente no hay como decir "estuve allí". Aún con mapa en mano, hice el loco más de dos cuadras buscando la estrella de James Dean. Naca la pirinaca... Sólo encontrar la de Lennon me contuvo un poco la pena, pero el destino me esperaba con algo mucho mejor, aunque yo, como suele suceder, aún ni lo sospechaba.
El iluminado del Cotecito encontró otro mapa, mejor aún que el primero, el cual venía con el típico city tour. A los que le dijeron, esa vendría a ser nuestra "biblia" (sin ofender of course) durante estos días... Cada referencia nos sirvió para ir armando nuestro propio paseo, tratando de no dejar nada de lado, nada de lo que valiera la pena según nuestro criterio por supuesto. Con mapa en mano, auto, GPS y una copilota como yo, emprendimos rumbo a la aventura, LA nos esperaba... para hacernos saber que estábamos en una de las ciudades más grandes... y apenas tuvo oportunidad, nos hizo dar vueltas como giles como media hora entre pistas y pistas de autopistas... que por allá... nooo, era atrás... que cómo, que el GPS dice... que no importa... que por acá mejor... que nos perdimos... el GPS decía, si ya se... no me mires así, en fin... por suerte en algún minuto recuperamos la cordura y la orientación, y hasta nos reimos...aunque mi piloto se enojara.

Con tanto paseo nos quisimos bajar del auto un rato, y que mejor que un punto del mapa que prometía vista y paseo interesante. El observatorio del Griffith Park fue el punto, y además de ser realmente un paseo interesante, con actividades educativas, una vista fenomenal, y de acceso gratis a casi toda su extensión, fue lo mejor que me pudo pasar en el día. Ya cuando nos íbamos, y yo sin siquiera sospechar, el Cote me dice "Consu mira", yo me doy vuelta y me encuentro con un busto conmemorativo de James Dean... no alcancé a leer cuando me cayó la teja, el techo y la casa entera. Me encontraba parada ni más ni menos que en uno de los sets principales de Rebelde sin Causa... y yo, ni cuenta me había dado. Se nota que más que ver la película, lo que yo hago es admirar al protagonista... es que no es para menos.
Cual sería mi impacto y emoción poco contenida, que por un buen rato el Juanjo se rió de mi gritando "mi mamá está enamorada, mi mamá está enamorada..."

Cuando nos fuimos, ya empezaba a oscurecer. Decisión final, una última vuelta rápida para al día siguiente retomar el city tour, había cosas que requerían luz de día.
De vuelta al hotel, aprovechamos de pasar por Beverly Hills, y sin querer, Bel Air. Quedamos medios chuecos de tanto "admirar" casas, pero definitivamente había que volver de día...

Como estos gringos se parecen a los canadienses, tipo 10 ya no había donde comer en el hotel, a menos que fuera sandwich o ensalada de plástico... Como con hambre soy capaz de más cosas que lo usual, partí a hablar con el "concierge"... yo con pizza en la guata no me acostaba!
Claramente para estas pegas hay que tener espíritu de servicio... me faltó preguntarle por los números de las micros del transatiago al pobre. Nos mandó a Marina Bay, a un lugar que cerraba super tarde (las 12 de la noche....), el Cheescake factory. Super bueno el lugar, aunque el Juanjo se durmió en el auto y no se enteró más.
Volvimos a descansar... fue un día largo, la chica seguía llorando cada vez que se acordaba de la Xime y nosotros no sabíamos como ordenar el panorama para los dos días que nos quedaban. Claramente había mucho que conocer en muy poco tiempo... y nosotros, somos ambiciosos...