viernes, septiembre 24, 2010

De a poco con los desafíos

Hoy di un nuevo paso en uno de mis desafíos personales, uno que me pone a prueba en temas de fondo, pero que hace un tiempo decidí que tenía que asumir, porque mis ganas de hacer algo de ese tipo eran más fuertes que los temores que me detenían. Pocas veces le gano a mi sistema, pero cuando me lo he propuesto, ha resultado, y esta no ha sido la excepción.

Hace años ya que en la pega existe un grupo de voluntarios para apoyo en situación de crisis. No voy a entrar en detalles, pero quien lea esto y me conoce, sabe de lo que hablo. Yo soy mandada a hacer para estar donde las papas queman, no necesariamente figurando, pero me gusta estar ahí, participar, rara vez me veo de mero público, me gusta "la chuchoca" como me dicen en la casa... ya lo dije una vez, si no soy presidenta de curso, tengo otro cargo, sino, igual me meto en algún rollo. Si soy vocal de mesa soy presidenta... si hay que organizar algo del colegio, la U, las amigas, ahí estamos... pocas veces me resto de esas cosas, tengo que estar muy superada...

Bueno, en esto me costó entrar... tenía miedo, y aún lo tengo, de enfrentar emociones, porque ese grupo es puro manejo de emociones, y como le decía a una compañera hoy, yo lloro con los comerciales y con las canciones... En el tiempo me fueron diciendo algunas personas que debía integrarme, que yo "estaba pintada" para eso... que me gustaba escuchar y era empática con los sentimientos. Un día me decidí... lo hablé con mi almohada y con el compañero de almohada y me inscribí... el año pasado fue mi prueba de fuego. Dos días de entrenamiento con ejercicios prácticos me tenían nerviosa, pero me sorprendí conmigo misma. No lloré en ningún momento, y como no me sentí tan preparada, traté de aprender de mis compañeros, sin evitar tampoco lo que tenía que hacer, que era enfrentar emociones de otros y manejarlas lo mejor posible sin llorar con ellos.

Hoy me tocaba revalidar mi aprendizaje anterior... y hubo varios momentos en que el instructor ofrecía abandonar la sala, y cada vez que lo dijo lo pensé seriamente, pero como bien dicen por ahí, "el pensamiento anula la acción" y como yo pienso mucho a veces, no me paré ni dije nada... en esta pasada fue mejor...

¿Qué resultó de todo esto?, me di cuenta que tenían razón... llorar con los comerciales no tiene que ver con manejar emociones... tiene que ver con sensibilidades extremas, pero que lo importante es saber cuándo, cómo y con quién dejarlas fluir...

Fue un día intenso, lleno de ejercicios prácticos, lleno de aprendizajes, sorpresas, derrumbe de prejuicios y paradigmas personales. Hoy manejé, en primera persona, emociones como pena, rabia, negación, miedo, culpa y salí airosa del intento. Tengo mucho que mejorar, eso está claro, pero sé lo que es... y por otro lado, también se que me atreví y conseguí buenos resultados tanto para los que me acompañaron en la experiencia como para mi misma.

Hace tiempo no escribía, tiempo es lo que menos he tenido y supongo que en la repartija de prioridades, el "dibriefing" personal que tengo en este espacio estaba muy por debajo de otras cosas. Hoy me decidí a hacerlo porque lo necesitaba, y porque si en algún momento vuelvo a dudar de esto, pueda leer y recordar que puedo, y no solo hacerlo, sino que hacerlo bien.

Mi zona de comodidad personal creció un poquito, porque recibí agradecimientos de la gente que contuve y feedback positivo de mis pares. Por el negativo que llegó también doy gracias, porque son cosas absolutamente factibles de mejorar, solo debo estar conciente de ellas...
Como dijo mi gran amiga March hace unas semanas... "tienes una vocación social fuerte que tienes que desarrollar", en alusión a mis historias de oveja, canastas solidarias y otro pendiente que tengo por ahí...

Hoy, me felicito a mi misma, porque di otro paso en ese desafío mayor que surgió en este último tiempo... hacer algo para agradecer cada día la bendición y los privilegios que he recibido en mi vida.