lunes, marzo 30, 2009

La Consu en las nubes...


Nadie puede... sigo alucinando...
Por mi habría escrito esto el mismo domingo en la madrugada, cuando llegué a mi casa saltando de alegría y emocionada a más no poder, porque aunque parecía un sueño de nunca cumplir, venía de ver cantar en vivo y en directo a mi ídolo de juventud (entiéndase ídolo en el contexto que corresponde), pero era un poco tarde...
Para qué decir que fue uno de esos días que se pasan demasiado lento... parecía que el reloj casi no avanzaba... y lo miraba y miraba y seguían siendo las 3 de la tarde... y yo no podía más de ansiedad y emoción...
Y llegó la hora... ahí estaba yo y el lugar a "tablero vuelto", esperando el turno de él... tanto me costaba creer que era cierto que hasta el último minuto tenía temor que dijeran "no va...", "no llegó...", "era broma..."... hasta que de repente, cuando menos lo esperaba, lo anuncian... y aparece él en el escenario, mucho más alto de lo que yo me lo imaginaba, con su pelo cortito y ordenadito como siempre... y delgado. Para qué decir que la pantalla gigante lo mostraba mucho menos viejo de lo que muchos habrían querido... esa pantalla gigante que por más de una hora fue mi mejor amiga. Porque lo veía cerca, pero nunca tanto como para apreciar sus gestos o expresiones... así que esa pantallita que tenía muy cerca mío lo hizo para mi. Ahí podía yo emocionarme mirando sus ojos y su sonrisa, y esas expresiones que son tan típicas de él y que a mi derechamente me desarman...
Me terminé de convencer que era todo cierto cuando se cumplió mi deseo... empecé a escuchar como su hermosa voz entonaba la segunda canción, que fue la que yo siempre soñé... ahí él cantaba para mi "I tried to resist you, When you're gone, all I ever do is miss you... Anyone in love would know, Anyone with half a heart Could never let you go..."
Después de eso todo fue bonus track... y yo grité, canté, me emocioné y bailé... le grité a él e hice el loco como nunca, pero no me importó, porque aunque parecía increíble, éramos muchas haciendo el loco... quizás cuantas más de las que estaban ahí y se tomaron las escalas para verlo mejor sentían y esperaban lo mismo, con su propia canción y sus propios recuerdos...
Lo único que me dio pena fue la tremenda envidia que sentí por esa fanática como yo que tuvo la "suerte" (por decirlo bonito) de salir al escenario con él... la envidia, definitivamente, nunca es sana, y ese día terminé de convencerme de eso.
A-ha por su parte, me permitió "moderar las pasiones" aunque las revoluciones seguían a mil... alguna vez acá mismo mencioné que también son parte de mi "banda sonora adolescente". Pero eso no fue todo... supongo que en un premio a la constancia, al par de canciones el amigo que me acompañaba se dió cuenta que él estaba ahí, frente a nosotros, en la parte de atrás del escenario disfrutando también de A-ha... así fue que durante casi otra hora más estuvo ahí, de pie, para que yo lo mirara y admirara incansablemente...
El golpe de gracia vino en la mitad... cuando la luz iluminaba bastante, se me ocurrió mover mis brazos como loca para saludarlo, creyendo internamente que daba lo mismo porque nunca se iba a dar cuenta que una ridícula como yo iba a estar más preocupada de él que de A-ha... En lo que agaché mi mirada, mi amigo me dice gritando que me había saludado de vuelta!!! "Estás loco..." le estaba diciendo yo cuando nuestro amigo nuevo, el que andaba solo y estaba sentado a mi lado, me dice lo mismo... "Te devolvió el saludo!!!"... yo me quería morir... empecé por no creerles, pero ambos me dijeron que yo era la única que no se había dado cuenta, así que lo busqué de nuevo ahí donde estaba y ya no lo veía... se había escondido detrás de la corista...
Me quedé pensando, ¿sería cierto que se dió cuenta y por eso se escondió?, a lo mejor de verdad me devolvió el saludo... ¿será posible que desde ese momento él sepa que yo existo?...
Quién sabe... después de todo, tantas cosas buenas que no esperaba pero que deseaba mucho me han pasado en la vida... a lo mejor no es malo creer que fue cierto, y que por unos segundos él me devolvió el saludo... aunque para variar, yo haya sido la única que no se dió cuenta...

viernes, marzo 27, 2009

Que nervios...

Casi me cuesta creer que sea cierto, mañana, en poco más de 24 horas voy a estar viendo y escuchando a quien pensé que nunca iba a ver ni escuchar en vivo... Ahí, al frente mío, va a estar Rick Astley... y yo, voy a estar esperando para gritar y contemplar algo que pensé era un sueño y uno de esos deseos que se cumplen sólo cuando estoy durmiendo...
Mi hermano me lo había dicho... dijo por ahí que ojalá pudiera verlo algún día bailando y cantando como tantas veces lo vi en la tele o en algún video... Gracias hermano, yo no sé si tienes canal directo con el señor de arriba, pero como sea, seguro que tu deseo lo escuchó alguien y me lo cumplieron... o al menos estamos a punto.
Hoy en la mañana lo venía escuchando (tengo que ponerme a tono, aunque la firme me acuerdo de todas sus canciones como si fuera ayer...), y escuché una canción que en particular me trasladó en el tiempo, otra vez, pero esta vez me puso en una escena que alguna vez me puso triste... No sé por qué, pero me encontré bajando del mini bus en que me iba al colegio, tipo 3ro medio debe haber sido... y mientras me bajaba me encuentro con el que en ese minuto era mi amor platónico y un poco más... el mismo que iba a mi casa y me decía que yo era demasiado para él... muy abrazado y de la mano con una amiga de él que resultó en ese minuto siendo su polola. Fuerte fue eso para mí... porque además la conocía, me caía bien, y hasta era medio "pariente política" mía en ese minuto, así que tuve que pasar por al lado roja como tomate y saludar como si nada... descompuesta entera, sorprendida hasta decir basta y con una pena...
Claramente ambos se dieron cuenta, él se complicó entero también, pero eso no cambió nada. La que cambió fui yo... mi primer gran golpe al corazoncito, porque ahí yo estaba enganchada en serio, y lo estuve por mucho tiempo, calladita y siempre digna, porque no me quedaba otra...
Él se iba a seguir sentando al lado mío, yo le iba a seguir explicando incondicionalmente lo que no entendiera y ella iba a seguir siendo mi "prima política" por harto tiempo más...
Después de eso pasó demasiada agua y tiempo bajo el puente... Hoy, mientras me acordé de ese momento no me dió pena, por dos razones principalmente. Me enteré no hace mucho que él le habla de mí a una amiga mía del alma, como si yo hubiese sido alguien muy importante y ella al parecer no le gusta escuchar mi nombre... quién lo diría, si la polola eterna fue ella y yo ni figuré en el mapa... y bueno, yo que soy rencorosa debo reconocer que la venganza siempre es dulce... porque lo que es yo, poco me acuerdo de ellos...
Segundo, porque fue un flash de memoria tan, pero tan rápido, que al segundo recordé que mañana iba a estar cantando esas mismas canciones pero en un recital en vivo de Rick Astley... y de verdad, que aunque tengo la entrada en la mano hace un mes, todavía no me la creo... recién pasado mañana me daré por enterada...

Para hacerla redondita... ¿me cantará my heart's been hurting when I see you flirting every night out on the floor I keep thinking maybe tomorrow...?

miércoles, marzo 25, 2009

Artes Manuales

Anoche, de vuelta medio tarde de la reunión de curso del niño más lindo del condominio (mi mamá decía de la cuadra... pero eso era en provincia), le entregué a mi niña (también la más linda) sus materiales para el trabajo que tiene que entregar el jueves. La encontré medio complicada, y no era para menos, la pobre se estaba enredando su resto...
Apelando a mi experiencia reciente de costurera, le dije que tenía que cambiar su diseño de cojín, porque o si no los dedos le iban a quedar como colador, además de que con suerte terminaba para las vacaciones de invierno, y eso que queda harto. Por suerte es menos porfiada que la madre, así que me hizo caso altiro, tiramos unas líneas y el cojín seguía pareciendo flor, pero harto más fácil, sobretodo para ella que me pide ayuda pero hasta por ahí no más... Si tonta no es, sabe que de quedarle muy producido la van a pillar altiro que hubo ayuda. La máquina de coser, dado el panorama, está absolutamente descartada.

Cuando me fui a acostar, pensaba en el gusto de complicarse las cosas... me iba a empezar a reir de ella y, por arte de magia, me acordé de cuando en el colegio nos pidieron una maqueta...
La perla en ese tiempo quería estudiar arquitectura... y mi mejor amiga iba por las mismas, y cuando ya íbamos por la consabida casita, encontramos que era fome... había que hacer algo distinto y que nadie más hiciera... había que destacar, of course.
No se como llegamos al Parthenon... el templo de Atenea... mira si seremos las dos.

Nunca, y repito nunca, había trabajado tanto en un trabajo manual... ni siquiera cuando de verdad entré a arquitectura. Me molí las manos y las pestañas midiendo, marcando y cortando cartones varios... Aparte de que era grande el edificio en cuestión... la maqueta a escala ocupaba casi toda la mesa de comedor que teníamos en la sala de estar de la casa...
Por supuesto mis papás no me ayudaban, no porque no quisieran, sino porque los dos trabajaban y además tampoco esos temas eran su fuerte... Más encima mi amiga no se podía ir tarde a su casa... era invierno, oscurecía temprano y era medio peligroso andarse paseando sola a los 16 por esas calles. La maqueta de mi casa tampoco salía... corría serio peligro de destrucción...

En fin, el último día llegó mi mamá, ya eran como las 10 de la noche y figuraba yo tratando de pegar las columnas, que eran muchas... con los detalles de las líneas cortadas con tiptop para que el cartón no se quebrara, llena de cola fría, papeles y pedazos de cartón por todos lados, los niveles, el techo... y un compañero de curso muy sentado tallando las estatuas en jabón... Lo pero, todavía faltaba mucho...

El pobre parece que fue a pedirme un cuaderno, para variar, y me pilló en esto... cuál sería mi cara de desesperación que solito se ofreció a ayudar... el tallado era lo único que le podía ofrecer en ese minuto, ya que además era (y sigo) medio maniática...
Mi mamá, después de tamaña escena, le tomó una barra a mi amigo, que hasta el día de hoy que estamos viejos, si digo su nombre ella se acuerda con tanto cariño del pobre tallando la estatua de como 3 centímetros... y con detalles!. Por otro lado, él también se acuerda...

Después de eso, anoche me di cuenta que no tengo cara para reirme de mi hija... y con mayor razón creo que tengo que ayudarla a simplicar su diseño, o sino vamos a estar las dos quizás hasta qué hora cosiendonos hasta los dedos...

viernes, marzo 20, 2009

... ¿Seguridad Ciudadana?...

Jueves 19 de marzo, chica adulta joven, crespa y medianamente peinada va de la peluquería, casi en las faldas de un cerro enclavada, rumbo a encontrarse con su padre, en un pequeño hotel de santiago. La niña es invitada a tomarse el aperitivo con su padre y sus tías, todos jueces de policia local que viajaron a un curso del área. El papá ofrece jugo, porque la niña está manejando, cree ella, y seguirá manejando rumbo a un carrete previamente concertado con sus amigas universitarias, ese carrete ya instaurado como Club de Mafaldas que cada mes está más entretenido y llenos de regalitos sorpresa.
La chica, que anda con new look y sabe que todos le harán comentarios al no ver su característico pelo crespo, se despide de su papá y tías y parte rumbo a borde río a encontrarse con sus amigas, que entienden su retraso porque saben la alegría que es ver a sus padre de visita por estos lados. cuatro chicas que pudieron llegar en esta oportunidad se rien y celebran las buenas noticias de una de ellas. Comen, y en un ritual recién ingeniado se entregan los regalos. Saben que hacen el ridículo y que se rien muy fuerte, pero no les importa, porque lo pasan bien juntas y tienen un espacio de amistad y confianza que ha traspasado el tiempo y los lugares. Con un par de aperitivos en el cuerpo cada una, también las risas se pueden exagerar. No importa dice una, total yo manejo... mentira dice la chica que venía de ver a su papá, todas estamos manejando. Más risas... Nos vamos temprano, porque una ya venía enfiestada del día anterior. Las otras solidarizan, y la chica medio lisa medio crespa aprovecha la oportunidad de unirse nuevamente a su padre y tías, pero esta vez acompañados de su hermano y cuñada. Vamos atravesando santiago de nuevo, y se da cuenta de lo fácil que puede ser pasar por ciertos lugares cuando ya la locura de salir de los trabajos ha pasado... Esta vez no le ofrecen jugo, esta vez pide cerveza. El rissotto marino da sed... La locura de ir de allá para acá en menos de 4 horas también. Pero vale la pena... se ríe, conversa, escucha, comparte con gente que quiere mucho y que son y han sido siempre parte importante de su vida y su historia.
Casi media noche, hora de volver como le dijeron a la cenicienta... La chica retoma el camino a su casa, ya no hay más paradas intermedias, además ya está un poco cansada también. Va la niña manejando su fiel autito, y pensando que en esa calle amplia y bien pavimentada que invita a apurarse es mejor que el resto la adelante no más, nunca se sabe cuando un señor de verde puede estar por ahí esperando que sobrepase el límite urbano establecido. Ya le pasó una vez, hace un tiempo atrás... también venía de ver a sus amigas del círculo de hierro... las del colegio. Esta vez no podría presentarse frente al mismo juez, misma comuna, con sus lecciones de código del tránsito bien aprendidas. Una vez pasa, dos... es mejor pagar multa y quedarse sin licencia unos días...
Parece que adivina, porque alcanza a divisar luces de colores que llaman demasiado la atención, y a una velocidad razonable alcanza a darse cuenta que aún bajo el límite, igual no más, un señor de verde con cosas blancas la invita a estacionar en su pista derecha... Ella piensa... dos Kir y una cerveza... mmm, el problema puede ser el olor a cerveza... menos mal que antes me invitaron un jugo...
"Buenas noches, su licencia por favor"... mmm, "Buenas noches, altiro, pero me tengo que bajar". Por mientras detiene el motor, saca la llave y se baja, otro auto se estaciona detrás de ella. Abre el portamaletas y busca su licencia en la billetera dentro de la cartera. El amable señor, que era más joven que señor, la revisa y anota su nombre y rut en una hoja blanca con muchos nombres y ruts... "Muchas gracias, puede seguir". "¿Eso no más?", pregunta ella, cuidando la lejanía por el olor a cerveza y con un tono como de desilusión... Tanto ajetreo para mostrar la licencia...". A lo mejor, piensa ella después, le bastaba con revisar si era donante de órganos no más, como lo hizo unas horas atrás con sus amigas ella también. No sabía que la licencia indicaba que ella sí era donante...
Mientras guardaba su licencia en la billetera, dentro de la cartera y trataba de cerrar la cartera y el portamaletas, el señor le dice "Tan escondida que tiene la licencia...", "No es la licencia" dice ella, canchera, "La escondida es la cartera"... "Para que la esconde tanto...", "Porque vivo en huechuraba... pedro fontova con vespucio...", "¿Y qué anda haciendo por estos lados entonces?", "Viendo a mi papá que viajó del sur, y quien sabe cuando pueden romperle el vidrio a una..." contesta ella, con su mejor cara de ciudadana responsable y que se hace cargo de su seguridad... "Pero cuando la metan a usted en el portamaletas van a encontrar igual la cartera...", "Si, seguro...", contesta nuevamente, aunque esta vez sólo por seguir su naturaleza... siempre contestar... "Pero al menos que les cueste un poco más robarla...", "Si, al menos se lo hace más difícil, que llegue bien", dice el niñito de verde... porque a estas alturas, a la chica le parece que es sólo un niñito disfrazado de carabinero...

Seguí camino a mi casa... pensando que para la próxima será sólo kir mejor... la cerveza definitivamente es muy olorosa y requiere maniobras especiales... pero al final de cuentas, también me fui pensando en que haga lo que haga, los cuidados personales siempre serán pocos... porque si el carabinero, en vez de felicitarme por seguir las instrucciones que dan siempre en las noticias, me dice que la van a pillar cuando me escondan en el maletero... entonces me queda claro que ellos también creen que cualquier cuidado o prevención que uno pueda tomar, nunca es suficiente...
¿Tan mal estamos?

jueves, marzo 12, 2009

El mechoneo... varias veces

Las coincidencias de la vida me llevaron a este tema... hace tiempo me acordé de mis aventuras, pero encontré que estaba a destiempo, era como mitad de año... ahora, que si cuadra, además se condice con mis últimas aventuras de colon... si la doctora leyera esto probablemente me creería que viene de hace mucho.
La primera vez fue acá mismo en Stgo city, cuando se me ocurrió estudiar arquitectura en la Chile. Bien aconsejada, me vine con pilchas vieeeejas, aunque trapera en esa época tampoco era.
El problema fue que pasó casi un mes y nada... ya estábamos chatos de venir con la misma ropa siempre, esperando perderla definitivamente. Al final nos aburrimos y decidimos darle un respiro a los pantalones que se paraban solos... obviamente los de segundo esperaban que nos relajáramos... y así no más fue. Un día, estábamos en el primer piso en clases, cuando nos llega el rumor de que venían a mechonearnos. Parece que calcularon medio mal, porque estábamos justo sin profe y en menos de un abrir y cerrar de ojos se esfumaron todos... me incluyo. Yo me subía a la ventana y salté apenas pude, y no está de más decir que la falcultad era un recinto militar muy antiguo, y las salas de abajo eran los dormitorios. Piezas muy largas, con puertas en ambos extremos, techo altos y muchas ventanas acorde... es decir, altas y largas... las puertas daban a un patio interior y las ventanas al corredor externo, pero aún dentro de la facultad... a esto agregar que había rejas para cerrar en las noches los accesos por Portugal, Marcoleta y Diagonal Paraguay... tremendas rejas...
Así no más que alcancé a saltar, la más diestra, y a correr sin mirar atrás... cuando iba llegando a la reja, medio cuerpo adentro medio afuera siento que me tiran... uno de segundo... con más fuerza que yo por supuesto. A lo único que atiné fue a seguir tratando de soltarme y apelar mis dotes actorales... y de paso adelanté el horario de mi pasaje en tren a mi casa como 5 horas... Le lloré que tenía pasaje en tren a la 1 y media (era a las seis y media en realidad), y que me quería ir a mi casa porque echaba de menos a mi familia (que era cierto también), que por favor me soltara porque no tenía plata para cambiar el pasaje... Bueno, me salvé enjabonada... aunque creo que fue más por buena onda que porque lo haya convencido mucho.
Cuando volví de mi casa, me contaron que agarraron tan poca gente que los soltaron y ya vendrían de nuevo por nosotros... y así fue... pero estaban harto más preparados, y lo hicieron en medio de una clase, en la misma sala. El problema es que lo anunciaron con sonidos de tijeras, gritos y harto ruido... que ahora se vengaban. Yo, que soy miedosa, asquienta y además me enferma el ridículo, empecé a pensar como me salía de esta. Sentada en primera fila más encima, al lado de una puerta, tenía pocas opciones de escaparme. Cuando ya era harto el show, me empecé a poner nerviosa en serio, y no encontré nada mejor que exagerar un dolor de colon de puros nervios frente a mis amigas y la profe de turno. Que me dolía la guata, que el colon, que me iba a desmayar más o menos... la presión ni decir... cuento corto, la profe se apiadó de mí y me sacó de la sala, entre medio de todo el despelote como caso especial... me llevó a mi y a mi dolor intenso hasta la misma reja de donde me había zafado la vez anterior, y apenas llegamos me dijo: ya, ándate mejor y corre. Parece que no actúo tan bien como creo, pero si no fue eso, sentarse adelante al menos de algo sirvió... Después me contaron de la que me había salvado.
Al año siguiente (si pu, si de ahí me fui en junio... no era lo que yo quería, aunque aún no se lo que quiero, jeje), se venía la misma cosa... universidad nueva, carrera nueva, y compañeros más brutos... esta vez era ingeniería. Acá las advertencias eran fuertes, al punto que para la inscripción de ramos me mandaron escoltada con dos amigos del pololo de la época, y con varios datos... es decir, los típicos trucos...
Los tres íbamos bien entrenaditos, y cuando nos dimos cuenta que la cosa era en una sala del subsuelo del edificio de química, entendimos que la cosa no iba fácil. Ya nos habían dicho que apenas termináramos saliéramos volando, porque cuando llegaba el tipo del centro de alumnos a dar la bienvenida, ya estábamos fritos... y eso que las clases aún no comenzaban. Así no más fue, estábamos terminando cuando se aparece uno con cara de bueno pero ojos de malo, habla con el profe y le pide que lo deje hablar un rato. Empieza el discurso y nosotros tres nos paramos, muy maleducadamente y salimos rapidito. Me acuerdo que subí y bajé escalas, y claramente no salí por donde habría entrado. Después de eso, corrí harto también, más encima, para el lado contrario, porque yo justo vivía al fondo de la U. Los amigos escoltas al final me dejaron en la casa, contentos por la avivada. No se si mechonearon mucho ese día, porque en ese horario éramos pocos los nuevos y no muchos los viejos, pero no me importa ni me iba a quedar a averiguarlo.
Como escaparse tres veces ya era mucho, decidí ser más inteligente para la primera semana de clases... evaluando opciones, entendí que corro poco, lento y me canso altiro. Ya no habría profe paleta que me salvara ni horario de tren que apelar, acá los buses salian a cada rato y nadie tenia el pasaje comprado. Por último, ya era mi segundo año de U, aunque en otra parte, así que me boté a huelga, como otras veces, y me salté en protocolo.
A la semana siguiente, cuando volví de mi casita, conocí a grandes amigas que mantengo hasta hoy, con lapsus de tiempo y todo, pero hoy están, y gracias a ellas me enteré que no me había perdido nada más que el capítulo de lógica en cálculo... del resto, había sido bueno no haber estado....