jueves, abril 29, 2010

El amor el amor...

Mmmmmmm, léase como un suspiro...
Anoche, mientras veía una de las series que me ocupan las noches, me dí cuenta que soy una romántica incurable... Para variar, aunque sea de esas series de asesinos macabros y de historias policiales que parecen increíbles, me di cuenta que en el fondo de todo, la veía por la historia de amor entre sus protagonistas... porque cuando parecía que por fin les caía la teja... nada, ella para variar piensa con su cabeza, mientras él dejaba que su corazón hablara... resultado, seguimos como siempre, con la diferencia que las cosas están dichas, y él, buenmozo como debe ser, le dice que tiene que seguir adelante... y entienden ambos que él ya perdió las esperanzas...
Bueno, yo no... aún creo que ella se va a arrepentir, cuando sea demasiado tarde, pero como es la tele, de todas formas no será tan tarde...
Haciendo recuento mental, las series que más he seguido, casi incondicionalmente, tenían ese factor común. La pareja que todos saben que es la pareja perfecta, menos ellos, o bien, uno de ellos... el otro, que podría ser un él o un ella, dependiendo de la serie, ama en secreto. Entonces, una que está más enamorada del amor que de otra cosa (bueno... mis hijos), sigue la historia y empatiza con el que sabe que está enganchado, y le da rabia con el que no se da cuenta de nada, aunque se lo griten en la cara.
Así es como ya pesqué una serie que me parecía tonta hasta de nombre, pero resulta que con un capítulo que vi ya la embarré... ahora empatizo con el pobre amigo que se hace el gay para estar al lado de su amiga... de la que, por supuesto, está enamorado hasta las patas.
Y así podría enumerar varias... que me encantan, pero que de alguna forma espero que se demoren en resolver el tema, porque resulta que cuando el pavo atina (a veces son ellas, pero poco...), es porque ya se está terminando la serie, para siempre, y corro serios riesgos de quedarme sin historia ni ilusión que compartir... por que de tanto verlas, una ya se siente amiga de los protagonistas... y casi vive su historia, y como no hay época más linda que esa en la que uno se empieza a enamorar, dan ganas de vivirla...

Cuando estudiaba en la U, veía dos series de esas características, aunque de asesinatos nada, derechamente eran de amores tortuosos y adolescentes, y para variar, a mi me gustaba el pobre pájaro que la protagonista no elegía, porque estaba irremediablemente obsesionada con otro, normalmente pavo y rubio, o no tan pavo... que era lo peor. Pero cual no sería mi sorpresa que una de ellas terminó distinto a lo esperado... después de años de ires y venires y en que ella convence finalmente a su mejor amigo que ella es el amor de su vida, va y lo cambia por otro... ese que pasó mucho tiempo también tratando de conquistarla, pero que sentía que no era suficientemente bueno para ella. Pucha que lloré con ese final... por tres razones, la primera, porque él la adoraba... y la dejó partir cuando ella lo quiso así, pero aún así volvió... segundo, porque él a mi me encantaba, tanto así que estoy convencida que la mitad del tiempo que la seguí fue sólo para verlo a él... y la tercera, porque ya no tenía más capítulos para seguir viéndolo... eso si que me dolió.

Bueno, pero como no hay mal que dure cien años, ni tonta que lo aguante, él está de vuelta en el cable... nueva serie, nuevo amor imposible, y muchos misterios por resolver... ¿qué mejor? además, está mayorcito y debo decir que los años sólo han mejorado su encanto... y de paso, sigo teniendo historias en las cuales involucrarme, para no olvidar esos sentimientos tan bonitos que se generan cuando una persona empieza a tener más importancia de la normal en nuestras vidas...