sábado, julio 26, 2008

Peste Cristal!!! Cuarentena!!!

Yo no por supuesto... si yo ya la tuve, como conté por ahí, hace muchos años, pero no suficientes como para olvidarme...
El Juanjo, of course, quien más, jaja, amaneció el jueves con unos granitos que según yo, que se los vi en la noche, no pintaban para eso, porque no se parecían a las que yo recordaba... grandes y con agua adentro (qué asco!!! y yo dando detalles...). Pero mi instinto materno me decía que por allá iba la cosa, por más que quería negarlo, ya que nos funaba el viaje al sur de una.
Doctor ayer en la tarde, confirmación de las sospechas... "Varicela" me dijo la doctora, que era bien simpática (no la conocía pero el pedriatra de siempre no tenía horas...), y luego me explicó que era lo mismo que la peste cristal...
A mí se me vino altiro a la cabeza lo contagiosa que era, y que el Cote no había tenido esa peste... plop! la chica tampoco, y no sabía si Ana se la podía pegar o no, uf, casi me dió ataque, ya veía mis futuros sobrinos pintados en la guata de la mamá!!!
Por supuesto no he parado de acordarme de cuando me dió a mi...
Resulta que estaba en la U, segundo año de la carrera (no mi segundo año en la U, ojo, sino el de la carrera en si...) y me acuerdo que un día estudiabamos en la biblioteca cuando alguien hace un comentario sobre una niña que iba pasando, y era porque había estado fuera como un mes... le había dado peste cristal y decían que era casi epidemia. Yo por supuesto no pesqué, y al tiempo me fuí feliz a mi casa de vacaciones de invierno, porque de tanto estudiar, me había eximido de varios exámenes y me había ganado casi dos semanas más de vacaciones.
La llegada a Chillán no fue la mejor claro, porque coincidió con que mi abuelito Lalo estaba en sus últimos días, pero no pasó un día cuando apareció el primer grano, y la enfermera que lo cuidaba me descuadró con el diagnóstico... no podía acercarme más a mi abuelito, ni a nadie... estaba casi en cuarentena, y seguro al día siguiente iba a amanecer llena de granos y con harta fiebre.
Así no más fue, creo que no exagero si digo que debo haber estado unas dos semanas enclaustrada en mi pieza, los primeros tres días con una fiebre que la encargo, y varios días sin poder bañarme, que me tenían el pelo desastroso y yo moría por lavármelo. Ni hablar del funeral, nunca estuve, y mis tíos y primos que habían viajado apenas de la puerta podían saludarme.
Llegó una amiga de la U a acompañarme, la pobre ya había tenido esa dichosa peste así que agarró bolso y partió a Chillán. Fue bueno, me acompañó harto y dicho sea de paso, me ayudó con la operación lavado de pelo sin permiso...
Después de un par de semanas, vinieron las costras... ya no contagiaba, pero para mala suerte mía estaba llena de costritas en todas partes, y como si fuera poco, en la cara... con esa pintan no me podía asomar ni a la esquina. A eso había que agregarle que el ex pololo andaba por ahí dando vuelta de vacaciones también, y no quería darme el "lujo" de mostrarme en esas fachas, menos con la que tenía en la punta de mi nariz... que además, no es muy pequeña que digamos...
Al final, cooperé igual, el perla fue a darme el pésame con los papás a la casa, así que tuve que lucir mis estragos de la enfermedad sin ningún disimulo. Después de eso, y considerando que de vacaciones casi no me quedaba nada, me boté a huelga y decidí que tenía que salir a bailar con mis amigos al menos una vez antes de volver a los estudios... total, plancha peor que esa ya no pasaba.
Me equivoqué... me encontré con medio mundo, entre esos, el mismo ex pololo que insistía en caerme en gracia (dicen mis cercanos que cuando alguien me hace sufrir, me sale el lado malvado... y el pobre ya lo había sufrido en carne propia), un amor platónico, y el primer amor de mi corta existencia hasta esa época. Al final, decidí que era mejor tener ese grano en la nariz por venir saliendo de una peste cristal que por espinillenta, y al menos, eso no he sido nunca. Al final, lo pasé mejor que nunca, bailé con quien quise y cuanto quise, mi hermano de verdad y uno de los adoptados (Pipeta) me cuidaban, mi amiga al menos pudo salir del encierro también conmigo, y por último, decidimos que incluso a esquiar podíamos ir el parcito, total, tenía que llenarme bien de bloqueador no más para que no se marcara la cara. Hasta nos pasaron a buscar a la casa... y a dejar a la vuelta, qué mejor?
Mi Juanjo seguro no se va a acordar de nada de esto... y cuando sea grande, va a poder acompañar a quien quiera que esté en cama pasándolo como las peras... por tener peste siendo tonto viejo, jaja.
Para que decir que a las dos semanas cayó mi hermano, y las vió igual que yo... ahora viene llegando la chica... veremos que pasa!

sábado, julio 19, 2008

Chica, te echamos de menos...

Oye tu, pioja fresca y patuda... te echamos de menos, todos... aunque no lo creas, aunque estos días hemos hecho panoramas para tu hermano, hemos regaloneado harto todos, hemos trabajado mucho y yo llego más cansada que nunca de la pega, aunque tengo hartas cosas que hacer y en que pensar... chica, de verdad... te echamos mucho de menos...
El otro día nos quedamos esperando tu llamada... yo se que lo estás pasando bien, y me alegra mucho, sobretodo porque tenías muchas ganas de estar con tus abuelos, tu mary y tu gran amiga la cami, porque además igual estabas con un poco de pena, porque estás creciendo. Si mi guagua, estás entrando a esa edad en que uno lo pasa mal por cosas que antes no eran importantes, en que por más que yo trate de saber lo que te pasa, y por muy amigas que podamos ser, siempre voy a ser tu mamá... y a las mamás hay cosas que no sabemos contarles, aunque quisiéramos, porque son mamás... ante todo. Queda una semana todavía... voy a seguir abriéndote las cortinas de la pieza cuando pueda, porque se que te gusta la casa muy iluminada, igual que a tu abuela, voy a sacarle fotos a tu nueva pieza, para que nos digas de qué color quieres que la pintemos, y voy a revisar tu computador que no está funcionando como tu quisieras... aunque tu y el computador me dan susto juntos... con esa cabecita ingeniosa que te dimos...
Tu hermano se hace el loco, reclama que eran dos días no más los que te ibas a ir, y ya van 7... pero a la vez se ha aprovechado bastante del pánico... puedes ver sus fotos en los Backyardigans y ahora se acaba de ir al cine con el papá. Dijo en la mañana también que tu no podías dormir en Chillán porque esta era tu casa... pero tampoco quiere irse contigo. Son tan distintos los dos... a veces pienso que son así no más, otras que influyen las circunstancias, tu creciste más cerca de tus tatas, harto más cerca, él no. Aunque en el verano se quedó unos días, todavía le falta esa independencia que tu tienes, que a veces envidio y otras me asusta. También me sorprende si, aunque no lo creas, el otro día salimos los dos y él ni se quejó... al contrario, se puso pijama y se acostó feliz de la vida a ver sus monos, un beso y buenas noches... te quiero mucho mami me dijo... y casi me caigo de la impresión. También está creciendo, igual que tu, aunque en otra etapa.
Antenoche estuvimos esperando tu llamada, como esperé el otro día que aparecieras en el messenger... nada... me acosté con pena, y me acordé de nuestra lectura conjunta del principito unos días antes de que te fueras, cuando te entregaron la nota de la prueba de lectura... ¿te acuerdas?, ¿cuando querías que leyéramos juntas esa parte entre el zorro y el principito para interpretarla?... no te gustó tu nota, en eso te pareces a los dos...

"-Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... "

Este último tiempo, me he dado cuenta de lo importante que son para mi los ritos...

sábado, julio 05, 2008

No comments

Viernes 4 de julio, 18: 45 horas más o menos, después de salir más tarde de lo habitual del trabajo. Como buen invierno, hace frio... más de lo yo esperaba este día, aunque esperaba también caminar más temprano rumbo al estacionamiento donde dejé el auto. Mientras bajaba y bajaba en interminables vueltas el edificio del estacionamiento, pensaba en lo cansada que estaba, en el frío que tenía, en la lata que me daba tener que ir justamente los viernes a trabajar al edificio del centro... porque hace que sea más lento mi regreso a la casa, justo el último día de la semana... Ya habiendo salido de ahí, casi mareada con tanta vuelta, mi ánimo no mejora nada viendo que las mismas calles que he tomado lunes y miércoles recién pasados llevan muchos más autos... hay taco... pienso, y se que quizas a qué hora voy a ver a mis niños...
Curicó al poniente, aunque creo que ya no se llama así la calle a esas alturas, un auto en pana... un mujer con cara de frío mirando el motor del auto que ni se mueve... pobre, a lo mejor su cara es más de preocupación que de frío. Yo lo único que quiero es llegar a descansar, y me da más lata pensar en pasar al supermercado para comprar algo rico que comer todos juntos, como cada viernes en la noche. De verdad parece que mi ánimo anda bajo bajo... estoy viendo el vaso medio vacío a todo, y por algún motivo que no entiendo, estoy como triste y negativa con todo.
Después de las vueltas de rigor a través del centro de santiago, Eyzaguirre esquina Nataniel Cox, parte del camino que habitualmente sigo para llegar a la autopista central y acercarme un poco más a mi casita... ahí está, el señor que vende los kinos...
Casi siempre está ahí, sobretodo los viernes, con su montón de kinos que va cortando a medida que pasan los autos y alguno por ahí baja la ventana y saca la mano para que se acerque... siempre me da pena, en realidad cualquier persona mayor de edad con expresión de soledad me da pena, pero esta tarde fue más... me dió mucha pena verlo ahí, entre medio del montón de autos que lo único que queríamos era salir pronto de ese taco, intentando vender sus kinos... cortándolos uno a uno en esos momentos en los autos avanzaban y sabía que no iba a vender ninguno... tratando de aprovechar el tiempo. Por un minuto lo tuve casi al frente, y vi unos ojos muy celestes con expresión de frío, cansancio, y pena, y pensé que él tenía que quedarse ahí quizás por cuanto tiempo más... y no sólo este viernes, sino que cualquier día, y todos los viernes... No lo vi tampoco usar algo más abrigado que un chaleco y su gorro, ni guantes en sus manos. Pasé a su lado... no le compré ningún kino... porque nunca gano nada en ese tipo de juegos, pero eso no es excusa...
Seguí mi camino, pero esa mirada me ha quedado grabada, y no he dejado de pensar en que nunca he hecho nada por cambiar esas cosas que me parecen tan poco justas... siempre me quejo de la pobreza, de las injusticias, de muchas cosas, pero nunca he hecho nada al respecto. Tampoco ahora se que puedo hacer todavía, en forma concreta por supuesto, más que dejar de quejarme de cansancio y tiempo... que vergüenza quejarme... y que vergüenza aún no saber que hacer distinto a aportar con plata mensualmente... esa es la parte fácil del asunto, y hace tiempo que estoy cansada de hacerlo fácil...
Seguiré pensando, pero no mucho, porque bien dicen por ahí, "el pensamiento anula la acción"... por ahora, espero durante la semana, cuando vuelva a mi casa, al menos bajar la ventana y comprar un kino...