martes, mayo 19, 2009

Miedo

Cuando era pequeña, pero muy pequeña, mi mamá siempre citaba este poema.
Me miraba y me decía “… yo no quiero que a mi niña golondrina me la vuelvan…”, y yo, entendía poco lo que eso significaba.


Cuando era pequeña, pero muy pequeña, mi mamá siempre me decía que su mamá, mi abuelita Luisa, le recitaba este poema “… yo no quiero que a mi niña golondrina me la vuelvan…”, yo, seguía sin entender mucho lo que me quería decir… ella, a mi edad, tampoco lo entendía.

Un día, no voy a especificar edades ni nombres, cuando era pequeña, aunque no tan pequeña, pedí permiso para pololear por primera vez… siempre pidiendo permiso… seguro me he perdido hartas cosas en la vida, pero aún así, seguiré pidiendo permiso…
Esa aventura duró algo como tres meses, en los cuales por supuesto de pololeo no había más que la definición… era una forma pública de decir quién te gustaba. Eso no impidió que el término fuera mi primera gran desilusión amorosa… aún ahí no entendía la estrofa del poema que mi mamá citaba a veces, mientras me abrazaba y miraba como perdida en sus pensamientos.

Luego de años de enamorarse y desenamorarse, querer, ser querida, abandonar y ser abandonada para por fin seguir mi camino, entiendo perfectamente a lo que se refería. Cada experiencia parece que despejaba alguna parte del poema… Hoy, creo que ya entiendo incluso el final…

Mi niña algún día también va a ser princesa, ese día se acerca y acerca cada vez más… a veces siento que el tiempo pasa volando, y no me importan tanto si me pongo más vieja o me canso antes… me preocupa que ese día en que ella empiece a entender este poema cada vez está más cerca…

¿Qué si soy egoísta?, ¿sobre protectora?, ¿ilusa?, ¿tonta?... si, puede ser eso y mucho más… sé que le esperan tantas cosas, muchas lindas, otras no tanto, y sé que no hay forma tampoco que sea diferente… es que cuando la vi irse sola con su amiga a la fiesta, el viernes recién pasado, me acordé de este poema… no es su primera fiesta, pero esta vez fue distinto…


MIEDO, Gabriela Mistral

Yo no quiero que a mi niña golondrina me la vuelvan;
se hunde volando en el Cielo y no baja hasta mi estera;
en el alero hace el nido y mis manos no la peinan.
Yo no quiero que a mi niña golondrina me la vuelvan.

Yo no quiero que a mi niña la vayan a hacer princesa.
Con zapatitos de oro ¿cómo juega en las praderas?
Y cuando llegue la noche a mi lado no se acuesta...
Yo no quiero que a mi niña la vayan a hacer princesa.

Y menos quiero que un día me la vayan a hacer reina.
La subirían al trono a donde mis pies no llegan.
Cuando viniese la noche yo no podría mecerla...
¡Yo no quiero que a mi niña me la vayan a hacer reina!

No hay comentarios.: