martes, marzo 02, 2010

Crónica de un terremoto: Para compartir y nunca olvidar...

Sábado 27 de febrero 2010, 3:34 AM, Chile

Me acosté treinta minutos antes, junto con mi hija veíamos lo que quedaba del festival de viña. Ya dormía profundamente cuando siento que la cama se mueve. Dormida pensé que sería como tantos otros temblores grado cinco que nos despiertan de vez en cuando, pero seguro pasaría... Mi marido no pensó lo mismo, y estando más despierto que yo atinó a despertarme y levantarnos. Apenas se podía caminar... empezamos a sentir la fuerza que tomaba el movimiento y ruidos de cosas que se caían nos alertaron más aún...
Los gritos empezaron a aumentar, definitivamente este movimiento que nos hacía sentir dentro de una juguera, sin dirección definida, estaba asustando a todo el mundo.
De repente se detuvo... aunque parece que el movimiento nunca se detiene... al menos baja su intensidad.
Aunque parezca increíble, mis hijos no despertaron... yo, entre tanto grito tampoco quise despertarlos. Nadie me cree... más de alguno me ha dicho que como no los levanté y salí corriendo... otros me dicen que estuvo bien... la verdad, a estas alturas no me importa mucho ni se realmente si uno hará lo mejor en el momento. El temor y la sensación de infinitez que se tiene en ese minuto no deja pensar tanto... lo único que se es que fue una buena decisión en su momento.
Donde estábamos nosotros fue fuerte... pero en apariencia, según los daños del lugar, no era necesario salir corriendo, a menos que el mar, que teníamos abajo, nos dijera lo contrario. Los gritos de un niño pequeño desesperado llamando a su hermano fueron lo que me decidió a no despertarlos... si no lo hacían ellos con ese escándalo que había, menos lo haría yo sólo para que se desesperaran y angustiaran... para qué hacerlos pasar por lo que ese niñito estaba viviendo ahora? mientras pueda evitarle un dolor o angustia, lo voy a hacer...
Decidimos esperar... la gente corría y se refugiaba con unas cuantas cosas y perros incluidos en la caja escala... si venía otro parecido, corriamos todos... mientras tanto, vigilábamos su sueño y al mar... porque en ese momento recordamos mi sueño una semana antes, el que había compartido con mi marido el mismo día... los cuatro abrazados viviendo un maremoto en alguna playa que no identificaba... era una ola tras otra... ninguna nos alcanzaba pero era sólo cosa de tiempo.
La angustia creció cuando supimos lo que había pasado... epicentro en Concepción, terremoto 8,5 escala de Richter... una escala tan familiar para cada uno de nosotros que vivimos en este país...
Las familias... lo primero que se nos vino a la mente, mi mamá sola en su casa a kilómetros de epicentro, mi papá a una cuadra... los suegros en conce mismo... amigos, las familias de todos ellos, toda nuestra gente...
Las horas siguientes fueron una tortura, pero una que no pensamos era nada comparada con la de estos días... Por horas no supimos de nadie... 6 horas después supimos de mi familia, mi hermano, cuñada y sobrinos... todos bien pero asustados... mi mamá pensó que se moría, mi papá tenía la voz de asustado... Casi 12 horas después recién supimos de mis suegros... nuevamente dimos gracias a Dios, todos estaban bien, con la casa en pie y todo en el suelo, pero sanos y salvos...
El domingo llegamos a nuestra casa... todo en pie... somos afortunados, como tantas otras veces.

Los siguientes días han sido una mezcla de emociones... no se cuanto tiempo durará esto. Uno empieza a hacer el catastro de amigos y sus familias, es mucha gente... todos tienen alguien allá de quien preocuparse, muchos estaban allá, mucha gente que pasa tangencialmente por nuestras vidas estaba ahí...
He visto pasar imágenes y más imágenes, cual más triste que otra... son los escenarios de nuestras vidas... y están irreconocibles... veo lugares donde estuve tantas veces y no se qué son... no sé que había ahí, no somos capaces de identificarlos!!!
Veo como se destruye la ciudad donde estudié tantos años, donde armé mi vida, nació mi hija e hice muchos de mis mejores amigos. Veo que pequeños lugares que tuve el privilegio de conocer fueron arrasados por el mar... ese mar del que tanto se enorgullecían y que era su mayor atracción, ese mar que por años y vidas completas les dió para vivir, hoy le cobra con vidas y años de esfuerzo... como si tuvieran deudas...
Siento impotencia por la lentitud de las reacciones más importantes, por la maldad humana que ya conocíamos pero ahora surgen con un nivel de organización que desconocíamos... pero no es de ellos este post... es mío y de emociones, de las que llevamos días viviendo y seguiremos viviendo quizas por mucho tiempo. Espero que sea el suficiente como para sacar este país adelante, para apoyar a nuestra gente y que sepan y sientan que no están solos... que este tiempo que viene es difícil pero que nosotros vamos a estar ahí para lo que necesiten.
Dicen que los chilenos somos solidarios... si, creo que es así, pero también dicen que los sureños somos muy unidos, y esta vez lo estamos demostrando y lo seguiremos haciendo. Me enorgullece ser sureña, me enorgullece más que nunca ser provinciana... me enorgullece darme cuenta que nuestro corazón sigue allá pese a lo mucho que santiago nos ha encantado... agradezco las redes que nos han permitido a todos comunicarnos e informarnos unos a otros, porque todos tenemos la misma angustia, el mismo dolor y las mismas experiencias...
Quiero creer que algún día, con mis hijos y quizás mis nietos, volvamos a recorrer las ciudades, pueblos, caletas y zonas que alguna vez conocimos... ojalá puedan ponerse de pie de nuevo como ya lo habían hecho antes... son lugares que llevaban años de trabajo para ser lo que eran... no dudo que lo harán de nuevo, es gente trabajadora y solidaria que se ganan el cariño de quienes vamos sólo esporádicamente, pero que los guardábamos dentro de los mejores recuerdos que alguna vez tuvimos...
Mis pensamientos quedan en los mejores recuerdos que tengo y nunca dejaré de tener...
Dichato, Pingueral, Caleta Villarrica, Lenga, Cocholgue, Coliumo, Tomé, Lirquén, Penco, Concepción, Talcahuano, Base Naval, Cobquecura, Pelluhue, Buchupureo, Talca, Linares, Chillán, Parral, Arauco, Cañete, Contulmo... y quizás cuantos olvido...

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