miércoles, marzo 17, 2010

Si de permanecer se trata...

Estimado Jose Luis,

Desde acá, lejos de donde estás tu ahora, te escribo, porque tu historia y la de tu familia no ha hecho más que conmoverme en este último tiempo, y aunque hace unos días ya dejó de ser historia para muchos, a mi no se me olvida.
Estas últimas dos semanas han sido difíciles para todos por acá, para quienes están en mi zona de origen y de corazón, aún más, ya que la recuperación ha sido difícil... no por voluntades, sino por cobertura... este terremoto que tu viviste y al cual no sobreviviste, caló muy hondo y en demasiada gente. Ayuda hay, y cada día que pasa hay un poco más, pero son demasiadas personas, demasiados lugares... pequeños, grandes, medianos e incluso olvidados algunos... y muy diversos los daños.
En nuestras cabezas tampoco anda mejor la cosa, nos vemos cansados, irritables, con temores ridículos a veces, y por que no decirlo, temores fundados otras... Yo gracias a Dios tengo muy poco de que lamentarme, sólo tengo una gran pena porque gran parte de mis recuerdos ya no van a encontrar donde rememorarlos... hay muchos lugares que recorrí incansablemente que ya no están y probablemente no estarán... no con la misma cara y quizas ni la misma gente. Me cansa la angustia de que muchos de mis seres más queridos y muchas personas realmente importantes para mi lo han pasado mal... y se que su cansancio y temores son infinitamente superiores a los míos... eso supongo que es lo que más me duele...
Todos esos dolores, que no pasan por lo material, serán difíciles de superar... pero todos ellos siguen acá con nosotros. De ahí es que nace mi admiración por tu familia... ellos, en su propio dolor y experiencia, relegaron todo para esperarte... en sus sueños esperaban encontrarte con vida entre todos esos escombros que alguna vez fueron el lugar que elegiste para vivir, pero creo que en el fondo de su corazón, sabían que sólo esperaban por tu cuerpo, para despedirse finalmente sin sentir que te habían abandonado solo en semejante tragedia.
Cuantos aún no pueden hacer lo mismo con los suyos... cuantos quizas nunca podrán hacerlo.

Espero de todo corazón que ellos, tu familia, esos que no descansaron ni un minuto en tu búsqueda y que no supieron nunca lo que era perder la esperanza, contagien un poco de esa fuerza a todos los que quedan y la necesitan tanto ahora... y que sanen de a poco la pena de haberte perdido.
Espero que así como después de 18 días de semejante experiencia, seguimos hablando de lo mismo cada día, recordemos la enseñanza de unidad y amor que ellos, sólo con su imagen constante de vigilia durante tu búsqueda, nos dejaron a todos quienes no podemos dejar de conmovernos con el dolor ajeno.

Que descanses en paz...

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