viernes, junio 04, 2010

Machacando prejuicios...

Conocido supermercado, en un conocido mall de una conocida comuna del que se conoce como barrio alto de nuestra tan segregada ciudad... tipo 19:15 PM, mientras vaciaba mi carrito de cosas, escucho a dos señoras bastante más que adultas y muy pero muy elegantes levantar la voz entre ellas. Lo primero que se me pasó por la cabeza fue que peleaban, pero al segundo me pareció que eso no era posible... tanto abrigo elegante y pelo peinado de peluquería me hizo pensar que tenía que estar equivocada y seguro eran dos amigas que hablaban fuerte porque las separaba la distancia de dos carros... además, por la edad (más prejuicios) seguro eran un poco sordas...
Una hora antes había entrado al super... mientras buscaba pollos y esas cosas, me molestó que una señora muy elegante casi me pasara con el carro por encima. Ni permiso ni disculpe, pasó no más y vamos pegándole al resto de los carros para abrirse camino. En eso minuto recordé que hace un tiempo, en otro supermercado "bien ubicado", me pasó algo similar, y llegué reclamando a la casa que la gente que se supone más educada, a veces resultaba ser lejos la más prepotente.
Yo pocas veces voy a estos lugares, voy más seguido a los supermercados que están cerca de mi casa, en un barrio burbuja de clase social inserto en otras realidades, y estos suelen tener un público de eso de los que a veces uno escapa... suena feo, pero es cierto, el supermercado no es ni la mitad de lindo ni limpio que estos otros, tienen la mitad de las marcas y ni pensar en secciones gourmet de nada. Es lo que hay, todas las marcas conocidas, pero nada excepcional.
A mi me gusta ir por varias razones, la principal, es que me queda entre el camino de la pega a la casa, y muy cerca de esta última por lo demás. Ya me lo conozco de memoria, está dentro de otro mall que tiene mucho que envidiarle al que me refiero al principio de este relato, pero puedo pagar cuentas y encontrar lo básico necesario para tareas varias y regalos solicitados. Y la otra razón, primordial en mi cabeza, es que como no hay lujos, no me tiento con nada... todo lo que gasto es para cosas de verdad necesarias, tanto en el super como en el mall... nada de llevar la mitad de la cuenta en cosas que no necesito y son pura tentación... esa técnica, que aplico hace varios años ya, da resultados cuando de economías domésticas se trata, y economías propias también, para que voy a decir que no si si...
Bueno, independiente de eso, tengo que reconocer que en estas salidas cuido la cartera, a veces me pillo con familias completas que hacen el pedido del mes y no pagan ni un cuarto, la gente come harto más en los pasillos y no piensa en pagarlo, y bueno, hartas otras cosas que no voy a decir porque va a sonar feo... si hasta el carro le robaron una vez a un amigo... Entonces, cuando voy a estos otros, se nota la diferencia...
Bueno, cuando la señora del carro al lado de los pollos pasó como tractor al lado mío, me di cuenta que eso era bien común por estos lados, pero no recordé que me hubiera pasado alguna vez en mi super de costumbre... al contrario, recordé que me había pasado lo mismo en otro de los buenos.
Seguí en mi búsqueda de cosas, y por supuesto salí con la mitad de carro lleno de leseras que probablemente no necesitaba... y vuelvo al momento de la fila en la caja...
Las voces cada vez eran más fuertes, de a poco empecé a darme cuenta que mi primera impresión era la correcta. No había dos amigas sordas con carros que se interponían a su conversación, sino que dos señoras enojadas que se gritaban cada vez más fuerte, vaya a saber uno por qué cosa, porque colas llenando las cajas no había... Y cada vez pepelaban más, y se gritaban leseras, y descalificaciones y de repente uno que otro "roteo" entre ellas...
En eso me acuerdo que la última vez que fui otra sucursal del mismo super, también ubicada en un "barrio alto", me pasó lo mismo... haciendo la fila me toca escuchar una pelea entre dos parejas que de repente se puso incontrolable para todos... esa vez hasta golpes hubo. Como el lugar no era la vega, no vamos hablar de combos como la gente, sino que de "coscachos" e intentos de manotazos no más, pero considerando los protagonistas, chaquetas elegantes, tacos de aguja, carteras brillantes y maquillaje al por mayor, la escena resultaba por decir lo menos, cómica... todo por la lentitud en el pago... hasta la cajera los retó en algún momento, y a mi me sacaron para el lado porque con mi suerte, los manotazos me pasaban rozando... Se dijeron de todo, y por supuesto entre ellos también se "rotearon".

Ayer, mientras escuchaba la pelea a mi lado y recordaba esta otra, me contenía la risa sola, ya que ninguno de todos ellos parecía menos roto que su contraparte... y de paso confirmé que la plata y la educación (no la del simce por supuesto) no tienen porque ir de la mano, y claramente no lo hacían... ni aquí entre las señoras elegantes y bien peinadas, ni entre los que se peleaban con taco de aguja y camisa con letras bordadas, ni la señora de los pollos, ni la de antes, ni los que comen en el pasillo y dejan todo botado...

Ayer, mientras pensaba en eso de quién es roto y quién no, echaba de menos mi supermercado...

1 comentario:

Loreto Quiroz dijo...

pucha que me gusto este post!!! este tema aqui y en la quebra del aji a veces llega a descomponerme...ni colegios caros, ni ropa de marca hacen tener una razonable educacion!!!