jueves, marzo 20, 2008

Sin palabras...

Anoche se me venían solas las palabras que quería escribir hoy día, pero no podía anotarlas porque me encontraba en medio del concierto de Don Ennio Morricone, y le digo Don porque se pasó...
Yo no se nada de música, nada de nada, desde el punto de vista académico al menos, cero. Aprendí a tocar guitarra si, aunque lo que quería era piano, pero lo aprendí bien a la chilena, nada docto por supuesto... do, re mi fa sostenido... y paramos de contar. Lo único que se de música es que me gusta mucho, siempre me ha gustado, y no porque entienda de ella o sea capaz de diferenciar muy técnicamente que esta bien interpretado o no, sólo me gusta por el mismo motivo que me gustan otras expresiones artísticas, como la pintura, la fotografía, la literatura, poesía, el cine, el teatro... etc, porque me hace sentir emociones tan distintas, hace a veces que me traslade en el tiempo, hace que me emocione sin razón alguna, y que me detenga unos minutos a no pensar en nada más que disfrutar lo que estoy viendo o escuchando... eso, para mi, es impagable.
Bueno, ayer, sin saber nada de nada, si se que disfruté de ese espacio de soledad y emociones por más que unos minutos, que escuché música que había escuchado muchas veces antes, y no voy a decir que no sabía de quién era porque si sabía... por suerte en mi casa había tenido el privilegio de escucharlo sin ligarlo solamente a las películas. Pero la escuché en vivo y en directo, y si, casi por primera vez, pude ver una orquesta en su plenitud... conversando entre instrumentos tan diversos... tan clásicos y tan populares como son un violín y una guitarra eléctrica... tan protagonistas cada uno de ellos como también parte de un todo que se escuchaba como pocas veces se tiene el privilegio de escuchar.
El otro día me llegó una de esas cadenas apocalípticas... que hablan del fin del mundo, de lo que nos espera, o a nuestros hijos producto de lo destructivos que somos como especie... de aburrida la leí y aunque no quería, me ha quedado dando vueltas más de lo que me gustaría...
Anoche volvió a mi mente, pero de otra forma... mientras escuchaba esa música, pensaba que hay parte de nuestra especie que tiene la capacidad de crearla, otra también capaz de interpretarla, y habemos tantos otros que nos emocionamos escuchándola, que todo no puede ser tan malo... Como especie, después de todo igual nos equilibramos... así como destruimos, por suerte tenemos una capacidad infinita de crear belleza y generar espacios de emoción distintos a la tristeza, y ayer, tuve el privilegio, junto a tantos otros, de ver como un grupo de personas juntan sus talentos sólo para eso... y mientras siga sucediendo, creo yo, voy a seguir teniendo fe en nosotros mismos, y en el mundo que van a conocer mis hijos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Simplemente... toda la razón y con todo el corazon.. te pasaste. Un Abrazo.

Anónimo dijo...

CLAP, CLAP, CLAP (Aplausos para ti)