sábado, junio 07, 2008

Cuando yo estaba siendo guagua

Así dice el Juanjo cuando quiere referirse a algún evento de su pasado, que claro no es muy extenso... tiene 4 no más, pero ahora él es un "niño mediano", jaja, lo que hace tanta clasificación de objetos en el jardín infantil...

Bueno, yo ayer escuché de mi mamá una historia que he escuchado varias veces (no te ofendas mami, me da risa cada vez que la escucho), de cuando "yo estaba siendo guagua", que surgió en referencia al famoso paro de los camioneros de esta semana que ya termina. La pobre como vive en el sur, al igual que otros amigos, se dieron cuenta rapidito de este evento. Efectivamente empezó a faltar bencina y algunas otras cosas que salen desde la capital de Chile...

Nosotros acá la verdad es que poco supimos, más allá de las noticias, me declaro poco golpeada por la muestra de fuerza sindical, y hasta medio ofendida porque el litro de bencina y petróleo sigue subiendo y a mi nadie me subsidia nada, a excepción de las tarjetas de crédito si uno compra un día puntual a una hora determinada (tarjeta que tampoco tengo...).

Estábamos en eso, conversando del famoso paro y del desabastecimiento que estaba empezando a sentirse en Chillán City, cuando me empieza a contar la historia en cuestión...

"Esa vez, cuando fue el paro de camioneros el año 73 (hay que asumir la edad... y lo bueno, es que nadie se olvida el año que nací...) tu tío Lalo te había llevado en auto con tu tía Anita a Santiago, y nosotros te íbamos a ir a buscar luego, cuando se declaró el paro y cerraron los caminos al sur... " asi, cuentan los dos por separado, estuvieron 15 días... en que no podían ir a buscarme, y yo tenía con suerte 6 meses... "...tu papá sacaba todos los días el colchoncito de tu cuna al sol para que no se humedeciera, esperando el día de poder viajar a buscarte..."

Hay que puro pensar no más como sería viajar en esos años... si cuando "yo estaba siendo mediana" el viaje en auto tomaba casi 6 horas, no imagino esa época... en tren más encima... Y pasaban y pasaban los días y nada, el paro seguía y no había como irse a Santiago, hasta que no se como dicen que se fueron en un tren de carga, en su desesperación...

Lo tragicómico venía después si: "cuando llegamos al departamento de tus abuelitos, tu estabas sentadita en el living, en un sillón, muy peinada con unas chuletitas... y nos hiciste un desprecio..." chuletitas eran unos cachirulos raros en la cabeza, propios de la época... y lo del desprecio, bueno, hay que decir que debo ser un poquito rencorosa desde chica, lo más probable es que estaba reclamando a mi forma tanto tiempo de abandono... a esa edad, que paro ni que nada iba a entender yo. Mi pobre mamá, figuraba llorando en el baño porque yo no los había pescado ni en bajada. Mi papá, no se en realidad, conociéndolo, seguro no se estresó mucho con el tema, y con estar allá ya estaba tranquilo de nuevo. Además, me devolvieron comiendo lentejas!

No se cuantas veces he escuchado esta historia,
y la verdad es que podría escucharla muchas veces más, y probablemente nunca voy a dimensionar lo que fue para ellos esa situación, aún cuando puedo imaginar lo que es estar lejos de los hijos por situaciones no esperadas, con la angustia de no saber cuando termina. Me quedo con el recuerdo de mi mamá trantando de ingeniárselas para viajar a buscarme, y mi papá sacando el colchoncito al sol para cuando yo volviera a ocuparlo...

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