martes, junio 03, 2008

No hay que perder la fe...

Suena como ostentoso el título, verdad? pero hay que llevarlo a su justa dimensión... y en esta oportunidad la dimesión es frivolidad pura pero suficiente como para alegrarle el día (o la noche mejor dicho) a esta humilde posteadora.
Después de varios días largos y densos, por decirlo de alguna forma, con una serie de imprevistos, situaciones desagradables, malas noticias, otra mejorcitas, penas varias, etc., sellamos con un fin de semana de antología...
La idea era juntarnos "en familia", postiza en mi caso, porque es la familia de mi marido, pero en estricto rigor me siento "parte de" igual no más. Además, venía con ahijada y sobrinito nuevo incluido, cosa más que suficiente como para chochear harto un par de días.
Hay que decir que las cabañas reservadas pintaban más o menos no más desde las fotos de su página web, pero en honor al tiempo y a las obligaciones diarias, preferimos asumir, aún sabiendo que nada es como parece... y la experiencia indica que siempre se ven mejor en fotos... este caso no fue la excepción, y dado que ya sembraban dudas, confirmar las sospechas desde la entrada fue sólo un dato...
No habría sido tanto si el trato y la atención hubiesen equilibrado las cosas... pero entre la lista de instrucciones de que "no hacer" y de "todo lo que funciona mal por que el jefe quiere ganar plata", más el acento nórdico de la administradora, me hicieron sentir incómoda de entrada... y no era la única.
Como el objetivo era superior, pasar un agradable fin de semana en familia, hicimos vista gorda de la serie de eventos que se sucedieron... donde a alguien se le llamaba la atención por hacer algo que tampoco se podía hacer... pero como adivinarlo...
La gota que casi rebasó el vaso vino de la despedida de soltero que se comenzó a gestar desde las 7 de la tarde en la cabaña anexa a nuestra cabaña familiar... y digo casi porque convencí a mi marido que no se complicara... él estaba molesto (con justa razón) porque habiendo hecho el reclamo, en esta oportunidad eso no caía en la lista de "lo que no se debe hacer", mientras que si lo era sacarse fotos arriba del árbol que el administrador arrienda por hora durante el verano...
La despedida seguía... llegaba gente y más gente... comenzaban las llamadas para la bailarina... y el clon femenino de hitler no aparecía ni en fotos... hasta que se nos ocurrió subir la parrilla a la terraza porque donde estaba había cero luz y no sabíamos si estábamos asando carne o gatos...
Como por acto de magia, hi hitler llegó más rauda que el novio de la despedida... y comenzó la pelea. Mi suegro se enojó con ella, mi marido se enojó con ella, varios no entendían nada, mi cuñada se enojó con mi suegro... y en eso, la Consuelo se enojó con el mundo...
Dice mi mamá que me salió la marcela chica... como siempre, cuando estoy así de enojada me pongo ocurrente... le dije todo lo que tenía registrado en mi disco duro desde que puse el primer neumático del auto en el lugar...
Como resultado final, nos trajeron luz para la parrilla, los participantes de la despedida desaparecieron como por arte de magia, el taxi que traía a la bailarina se dió media vuelta y no se donde se bajó la pobre, mi suegro me agarró susto, mi marido estaba orgulloso de que saliera a defenderlos y mi hija me tapó en preguntas que he tenido que contestar no más... jaja, aunque ella fue la que más disfrutó mis ocurrencias... El problema es que el mal rato lo pasamos igual...
El domingo fue de cierre... El lunes, en fin, un día extraño por decirlo de alguna forma... en que al menos hice reir a mi mami con esta historia... ¿a quién habrás salido?, me preguntaba y se reía al mismo tiempo... Mi niña hermosa también se preguntaba a quién habría salido ella también tan "parada en la hilacha"...
Me acosté cansada... muerta de frío, y cuando ya me iba a quedar dormida porque no había nada bueno en la tele, aparece él... de terno negro y lentes oscuros, en un auto deportivo con su pelo rubio y crespo y esa sonrisa que me mata desde la primera película suya que vi... Matthew McConaughey... en un comercial de perfume de Dolce & Gabbana... después de eso pensé que no hay que perder la fe, siempre hay una oportunidad de terminar muy bien una serie de eventos desafortunados...

PD: el abogado demandante se va a enojar conmigo de nuevo... pucha...

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