martes, febrero 17, 2009

Un Cumpleaños y un Pub

El otro día estuve de cumpleaños, si, 12 meses más pero de esos bisiestos... osea, un día más vieja de lo que estaba preparada a asumir. A lo mejor por eso fue que me dió lata celebrarlo, no lo había pensado hasta ahora que lo escribo... Bueno, eso de lata celebrarlo es hasta por ahí no más, me refiero a eventos "masivos", donde lo masivo es lo que permiten las vacaciones en febrero, 20 personas como mucho. En todo caso me dió como lo mismo, ya que como conté alguna vez, cada nuevo cumpleaños para mi puede ser una sorpresa... nunca se donde voy a estar ni con quién lo voy a pasar ese día... y dentro de esas múltiples posibilidades ha pasado de todo, como la historia de la que me acordé ayer y paso a relatar.
Una vez, dentro de las variadas cosas que parece que he hecho en mi vida (la verdad es que me pongo a recordar leseras y resulta que no tengo pocas historias...), hubo una aventura comercial durante un verano, hace tanto tiempo atrás como años de bonanza económica tuvimos... Incluso más, porque fue el primer verano que se notó la crisis asiática... que ahora está tan a flor de piel dados los eventos... el inconveniente es que nosotros no lo sabíamos aún...
Ese año nos embarcamos con un amigo, la polola, su primo, la señora del primo y mi media naranja en la operación de un Pub... en Dichato... para los que no saben de qué hablo, es una playa de la octava región, muy conocida por esos sectores por su carrete non-stop del verano. Eso significó que durante casi tres semanas de enero y todo febrero, estuviéramos instalados administrando el negocio día y noche... Por lo tanto, no cuesta mucho adivinar dónde pasé mis cumpleaños de ese año... verdad?
Bueno, la experiencia Pub, a nivel económico, dejó bastante que desear, aunque sin pérdidas para nuestros socios capitalistas (nosotros mismos), pero a título personal y de los que estuvimos ahí, dejó una gran cantidad de historias divertidas, experiencias, recuerdos, amigos y lecciones, pero sobre todo, nos permitió carretear el verano completo gastando lo mínimo... y eso que pagamos todo lo que cada uno consumía... a precio de costo por supuesto.
Entre esos recuerdos, está el día de mi cumpleaños... Si no me equivoco, cayó un día sábado, y nosotros no encontramos nada mejor que hacer un asado en la tarde en mi casa, cerca de Dichato. Para allá partimos todos, la familia, los amigos y todos los que trabajaban en el Pub con nosotros. A mí, de regalo de cumpleaños, un amigo me llevó en su moto, una de esas tipo harley... negras y grandes. Se supone que la idea era que yo le perdiera el miedo. La verdad es que todavía agradezco y recuerdo con mucho cariño el regalo, porque al menos puedo decir que he andado en una de esas, pero de ahí a perderle el miedo, quizás era mucho pedir para mi... además de que me morí de frío...

Se suponía que el asado era en la tarde para estar de vuelta tipo 10 en el pub a más tardar, ya que empezaba el movimiento. El socio primo y la señora iban a abrir por mientras...
Con lo que no contábamos era que lo íbamos a pasar tan bien en el famoso asado... me imagino que para variar, la diversidad de gente, hizo que se generara algo super lindo y entretenido. Historias nuevas, situaciones divertidas, harta risa y esa sensación de que no pasa el tiempo y no hay apuro que siempre transmite pingueral... Sin darnos cuenta, eran ya las doce de la noche...
Mentiría si dijera que nos fuimos por voluntad propia o porque llegó el grito desde el otro lado de la bahía... no lo recuerdo para nada, y se me ocurre que el resto tampoco se acuerda. Lo único que sé es que cuando llegamos de vuelta al Pub, sábado a las 12 de la noche, 15 de febrero, lleno de gente como pocas veces, y nosotros más enfiestados que nadie, las caras se arrastraban por metros... Con justa razón no más, si en el asado andábamos una de las cajeras, las "mozas", uno de los cocineros, el barman oficial (adivinen quién... jeje), los dos guardias de la puerta y los cantantes... jaja. Además de algunos clientes frecuentes por supuesto, incluso el cantante y su guitarrista de reserva (mi hermano y su mejor amigo).
Para qué decir que entre copeteados y muertos de la risa, entramos con el mejor de los ánimos a atender a medio mundo. Que explicaciones ni que nada... a trabajar no más...
Yo por supuesto tuve que concentrarme bastante más de lo normal para sacar las cuentas... el cocinero para no quemarse con las empanadas, y así todos, aunque igual no pudimos evitar que el barman hiciera tequilas margaritas con otro trago blanco que no era precisamente tequila... pero al parecer los comensales estaban peor, porque los reclamos no llegaron nunca... Ahora, para defender el honor del barman, hay que aclarar que parte de la confusión venía porque en la desesperación anterior a que llegáramos, alguien le desordenó sus tragos... él estaba ya tan acostumbrado a su orden, que alcanzaba las botellas sin mirarlas...
Así fue que pasó otro más de mis cumpleaños... el 20 y tantos... y me dejó llena de recuerdos distintos a tantas otras celebraciones...
Después de eso me he seguido sorprendiendo en la misma fecha, pero será material de otro momento... (bloguera que omite sirve para otra historia) ... por ahora, debo decir que este año también fue distinto... y aunque escapé de las masividades, caí en lo recursivo... llevo 5 días celebrando... y el cumple fue antes de ayer no más...

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