miércoles, febrero 25, 2009

Señor Ubiergo

Otro verano de festival… otro febrero que se nos va, y otra vez yo sentada en mi cama haciendo zapping, aunque esta vez estaba atenta al momento en que Fernando Ubiergo subiera al escenario… Entre mis series de asesinos enfermos, criminólogos varios y policías disparando, no me quería perder esa parte del show, total, las series las repiten, a Ubiergo no…

Ahí estaba yo, atenta y esperando, cuando salió al escenario y empezó con una de las canciones que más me gustan, esa que hace más de 20 años se atrevía a hablar del embarazo no planificado de una adolescente, de esas que todavía se enamoran entre cuadernos y no saben qué hacer con tremenda responsabilidad. Por desgracia no son muchas las que alguna vez nos encontramos en una situación casi similar, pero que tienen una familia atrás que en vez de juzgar apoyan. Aún menos las que además somos impulsadas a hacer una vida como la soñamos, pero con hijo de la mano, para crecer acompañada y orgullosas de nosotras mismas. Claramente ninguna es lo que es si no fuera por familias como la mía. Lo que todavía me emociona de esa canción es que tantos años después, y tanta "apertura moral" a diestra y siniestra, aún existe un país donde muchas niñas siguen viviendo exactamente lo mismo que dice esa canción… y lo quiera uno o no, aún hay gente que aún opina como en ella se declara, y sólo con la mirada… “y se fue a donde un cura que le dijo era pecado, y pronto un abogado le habló de lo legal y fue el profesor de ciencias, que le habló de la inconsciencia de la juventud actual…” nótese que el actual de esa letra habla del año 78.
Siguiendo con lo de anoche… cuando cantaba “Los ojos de Rodrigo”, yo ya había empezado a lagrimear… me da pena esa canción… otro tema delicado, la separación, pero más delicado que eso es como los padres olvidan a veces que hay hijos de por medio… y no me refiero a no tener el valor de tomar la decisión, sino que a la capacidad que tiene algunos de hacerlos oficiar de jueces… ya tienen bastante algunos con entender que les cambia la vida, como para además hacerlos confidentes, defensores y adultos… a veces más adultos que los mismos padres…
Me quise hacer la loca con mis lágrimas, confiando en que mi compañerito leía muy concentrado luego de preguntarme si lo íbamos a escuchar a él o a mi… hasta que me dice “estás resfriada o estás llorando?” (fueron otras palabras pero no me gusta cómo se leen… jeje)… “estoy resfriada” dije yo… y tomé un pañuelo ante la mirada de alguien que sabe que lloro hasta con los comerciales…


Mi desilusión llegó cuando me di cuenta que era una presentación de esas de jurado, o sea, corta… dos canciones más, el mounstro enojado porque se iba, yo triste porque me habría gustado escuchar tantas otras… pero después de todo me quedé pensando que era mejor así… Ubiergo es para verlo en directo, cantar con él todas sus canciones, emocionarse a concho y disfrutar… como cuando lo vi en el teatro Concepción… además, si hubiese cantado la canción que yo más quería escuchar, me habrían preguntado de nuevo si estaba resfriada… y yo, ante la magnitud del moquilleo y mis ojos delatores, habría tenido que decir en esta oportunidad lo mismo que le dije a mi mami hace como 30 años atrás… “no, no estoy llorando, es que tomé mucha agua…”


Un extracto de la canción que me recuerda un verano en los Lleuques, y mi abuelito Lalo por ahí rondando… a lo mejor por eso, además de lo transversal de su letra, es que me gusta tanto...

El tiempo ha dañado su madera seca
y él ve, con angustia, su horizonte de cristal
cruje la madera, cae una botella
y en el suelo queda hecha pedazos la ilusión…

Del que un día quiso navegar y navegar
y en un sueño irse al mar

Un velero que quiso ir al mar
velero para navegar,
madero que navegará por el mar
todo fue un sueño en un cristal
y nunca pudo navegar,
pero aprendió a soñar…a soñar

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