lunes, febrero 02, 2009

Otra foto, otra historia

Hello... ni muerta ni de parranda, priorizando no más... pero acá vamos de nuevo, retomando la sección Una foto una historia, poco constante pero va cuando amerita.
Esta foto generó una serie de comentarios cuando una amiga la publicó en face... ya sabemos cual... esa hoguera de recuerdos... En fin, había varios detalles que algunas recordábamos, otras nada, así que va mi versión de lo que esa foto nos trajo a la memoria:

Último año de colegio (ser muy específicos está de más), todos enfocados en lo que nos deparaba el futuro estudiantil, decidimos como curso partir a "la capital" a empaparnos del ambiente universitario... Ya lo habíamos hecho antes con las alternativas que nos ofrecía Conce, pero había que ampliar espectros, quien sabe, a lo mejor alguno emigraba más al norte. Ahora, yendo al grano, era un paseo de curso más, y pucha que lo pasábamos bien en los paseos de curso! además, parece que ya sabíamos que de gira nada, así que uno que otro paseito de un par de días no era malo para nadie.

Partimos a Stgo. City entonces, en tren, of course, no recuerdo si el curso completo o no, pero si que íbamos con profe jefe incluido y uno que otro apoderado o apoderada. El viaje de ida fue de noche, yo por supuesto me lo dormí todo así que detalles escabrosos o poco transparentes no recuerdo ninguno (después me los contaron... pero se declara como inadmisible por tratarse de rumores).

En Santiago llegamos a ver las universidades de lleno, las tradicionales al menos, ya que en esa época eran, si o si, la primera preferencia. Las amiguis íbamos cruzando los dedos por encontrarnos con los amigos nuevos... esos que habíamos conocido en el verano y que estudiaban ingeniería en la católica (y tercer año...), por varias razones, pero una en común... que nuestros compañeros dejaran de pensar de una vez por todas que eran inventos nuestros para hacernos las importantes... Los "niños" a esa edad son bien pesados... y egocéntricos... todavía les duele que las compañeras miren a mayorcitos y que estos más encima sean inteligentes... ni decir que se hagan amigos!

Para suerte nuestra, no alcanzamos a llegar a la visita en la católica cuando en el casino nos encontramos con algunos de ellos... jeje, saludos, abrazos, alegría, etc. Pese a que a ninguna de nosotras nos interesaba algún compañero de curso (hasta donde yo recuerdo, pero seguro que ninguna me va a corregir tampoco...), casi nos alegraba más verles la cara que encontrarnos con nuestros amigos... casi dije... si tan pavas no somos tampoco...

Del resto del viaje no me acuerdo mucho la verdad, recuerdo que fuimos a bellavista a carretear con un compañero que ahora estaba en santiago, y en ese momento no nos pareció ni cerca de lo que imaginábamos, y bueno, lo más importante, es que alojamos casi todas en la casa de la Toty, que ese año también había emigrado a la capital... así que no dormimos mucho que digamos...

Para la vuelta, teníamos pasajes tipo mediodía o pasadito, y yo como buena aguja que soy, le había dicho hasta el cansancio a todos que por ningún motivo nos podíamos atrasar porque el tren estaba saliendo puntual... (que tiempos aquellos, ahora con suerte sale). Y cuando digo a todos me refiero de profe jefe para abajo... cargante y con esa diplomacia que me caracteriza...

Bueno, lo mismo pasó con las amiguis, y nos levantamos tempranito para predicar con el ejemplo... pero no contábamos con un pequeño detalle... El metro, los días no hábiles (léase domingo en este caso), no pasaba con la frecuencia que esperábamos, y pese a estar en la estación con todo el tiempo del mundo, se nos pasó uno y nos quedamos media hora esperando el otro... Pasaba y pasaba el tiempo y nada, y nosotras ya empezábamos a desesperarnos y armar estrategias de ruta para cuando saliéramos de la estación rumbo al tren... y el metro aún no llegaba...

Entremedio, dicen las malas lenguas que una de nosotras, ampliamente conocida por sus salidas divertidas y siempre justificadas por su larga vida en el campo, cuando vió que venía por fin el metro, lo quizo hacer parar con el dedo... como quién toma micro... yo a estas alturas ya ni me acuerdo, pero tiendo a pensar que no sólo es parte de la leyenda, jaja.

Una vez arriba del metro, contábamos los segundos entre estación y veíamos que no llegábamos... lo peor era que no había como avisar que íbamos en camino y con el tiempo justo. Corría un año en que el celular ni siquiera lo imaginábamos... nosotras al menos.

Esto ya no es mito urbano, porque de lo que si estoy segura es que la misma chiquilla le tocó la ventanilla al conductor del metro para que parara en estación central... no puedo mantener más el anonimato, así que léase cantado: "chincola, chincola... llegas a la ciudad... con tu cara sonriente..." jeje (La Pérgola de las Flores para quienes no sepan qué melodía colocar).

A esas alturas el tren ya estaba partiendo, así que nos bajamos corriendo todas con un sálvese quien pueda. Al menos, las primeras que llegaran podían decir que las otras veníamos corriendo atrás, porque yo de las primeras no llegaba, eso está claro. Corrimos como pocas veces... y como si fuera poco, cuando salimos a la calle nos fuimos a las rejas principales de la estación, pero ¡¡¡estaban cerradas con candado!!! y veíamos como se iba el tren y nuestros compañeros nos esperaban mirando con cara de "dónde se metieron estas cabras!?!". Dimos la media vuelta para entrar por los locales comerciales y no se como... porque a esas alturas yo ya iba medio muerta, alcanzamos a subirnos corriendo, literalmente, a la última puerta del ultimo vagón del tren... con el profe jefe con una carita que llegaba a san bernardo...

Por la recontra chupilca que llegué cansada... la verdad es que todas, pero parece que yo me fui al chancho porque estuve fucsia y sin respiración como hasta rancagua... parece que hasta me había tragado no se cuantos bichos en la carrera porque estuve atorada un buen rato... y tomaba y tomaba aguita y nada... sentada en el suelo sin poder recuperarme una buena parte del viaje, y con la vergüenza de haber hinchado tanto con la famosa puntualidad y haber sido las últimas en llegar. Lo peor era que de no alcanzar el tren no se cómo nos volvíamos, porque ni los pasajes los teníamos nosotras...

De todas formas tengo borrados algunos pasajes de la historia, no tengo claro quienes íbamos corriendo... Parece que la Toty aperró hasta el final con nosotras... tengo la impresión de recordarla corriendo con la Susana a las rejas que estaban cerradas... Y que la Chincolita, la Lore y la Gata Loca iban en la delantera... yo iba rezagada pero no recuerdo con quién... sería la Mimi o la Pepi?, seguro la que fuera estaba haciendo causa común conmigo.

Si alguien se acuerda me ilumina porfa, para no parecer que invento...


PD: la foto la sacamos en el campus de la católica, no en el corcovado como pensaba la Marlen cuando hicimos el foro de discusión en torno a esta imagen del recuerdo, porque si de algo estoy segura es que más allá de Pinto con la "gira de estudio" no llegamos... aunque lo pasamos la r.... igual... parecía resort... 4 días 3 noches... jaja

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