lunes, abril 14, 2008

A mi gran amiga Marcia

Y llegó el día... no hubiésemos querido que llegara nunca... a veces no queremos haber dejado esos días en que nuestros papás hacían todo por nosotras... en que iban a nuestras reuniones de curso, participaban en todo lo que se organizaba, en las directivas varias, se saludaban en las mañana cuando nos dejaban en el colegio, nos daban permiso a la fuerza para ir a los festivales y fiestas... nos iban a buscar y nos repartían casa por casa... nos saludaban con cariño y les mandaban saludos a los otros papás cuando podían...
A veces quisiéramos estar ahí de nuevo... y sentirse siempre protegida por ellos... pero como todo en esta vida, eso no es eterno, y eso mi querida amiga de la infancia lo supo antes que nosotras... esta mañana, después de mucho pelear, su papá decidió por fin descansar... y lo digo así porque de alguna forma, ya está descansando de tanto sufrimiento...
Como se que tiene mucha pena, y no hay palabras que le pueda decir que disminuyan ni siquiera un poco esa pena, sólo puedo acompañarla en su dolor y dedicarle estas líneas que me gustan tanto, y que hablan de la muerte de una forma que a mi me gusta mucho más entenderla...

Extracto de El Principito, capítulo XXVI

Principito:
También yo vuelvo hoy a mi planeta...
Luego, con melancolía:
-Es mucho más lejos... y más difícil...
Me daba cuenta de que algo extraordinario pasaba en aquellos momentos. Estreché al principito entre mis brazos como si fuera un niño pequeño, y no obstante, me pareció que descendía en picada hacia un abismo sin que fuera posible hacer nada para retenerlo.
Su mirada, seria, estaba perdida en la lejanía.
-Tengo tu cordero y la caja para el cordero. Y tengo también el bozal.
Y sonreía melancólicamente.
Esperé un buen rato. Sentía que volvía a entrar en calor poco a poco:
-Has tenido miedo, muchachito...
Lo había tenido, sin duda, pero sonrió con dulzura:
-Esta noche voy a tener más miedo...
Me quedé de nuevo helado por un sentimiento de algo irreparable. Comprendí que no podía soportar la idea de no volver a oír nunca más su risa. Era para mí como una fuente en el desierto.
-Muchachito, quiero oír otra vez tu risa...
Pero él me dijo:
-Esta noche hará un año. Mi estrella se encontrará precisamente encima del lugar donde caí el año pasado...

-¿No es cierto -le interrumpí- que toda esta historia de serpientes, de citas y de estrellas es tan sólo una pesadilla?
Pero el principito no respondió a mi pregunta y dijo:
-Lo más importante nunca se ve...
-Indudablemente...
-Es lo mismo que la flor. Si te gusta una flor que habita en una estrella, es muy dulce mirar al cielo por la noche. Todas las estrellas han florecido.
-Es indudable...
-Es como el agua. La que me diste a beber, gracias a la roldana y la cuerda, era como una música ¿te acuerdas? ¡Qué buena era!
-Sí, cierto...
-Por la noche mirarás las estrellas; mi casa es demasiado pequeña para que yo pueda señalarte dónde se encuentra. Así es mejor; mi estrella será para ti una cualquiera de ellas. Te gustará entonces mirar todas las estrellas. Todas ellas serán tus amigas. Y además, te haré un regalo...
Y rió una vez más.
-¡Ah, muchachito, muchachito, cómo me gusta oír tu risa!
-Mi regalo será ese precisamente, será como el agua...
-¿Qué quieres decir?
La gente tiene estrellas que no son las mismas. Para los que viajan, las estrellas son guías; para otros sólo son pequeñas lucecítas. Para los sabios las estrellas son problemas. Para mi hombre de negocios, eran oro. Pero todas esas estrellas se callan. Tú tendrás estrellas como nadie ha tenido...
-¿Qué quieres decir? -Cuando por las noches mires al cielo, al pensar que en una de aquellas estrellas estoy yo riendo, será para ti como si todas las estrellas riesen. ¡Tú sólo tendrás estrellas que saben reír!
Y rió nuevamente.
-Cuando te hayas consolado (siempre se consuela uno) estarás contento de haberme conocido. Serás mi amigo y tendrás ganas de reír conmigo. Algunas veces abrirás tu ventana sólo por placer y tus amigos quedarán asombrados de verte reír mirando al cielo. Tú les explicarás: "Las estrellas me hacen reír siempre". Ellos te creerán loco. Y yo te habré jugado una mala pasada...


Amiga... siempre queda el recuerdo... que tan lindo sea y cuánto nos haga reir y alegrar el día depende sólo de nosotros... la pena va a existir siempre, la falta que hace la persona que uno perdió tampoco se llena... pero siempre están esos recuerdos que nos llenan de alegría cuando los necesitamos... y siempre va a haber una estrellita por ahí que te sonría... nosotras ya teníamos varias estrellitas en el cielo... ahora tu tienes una más, y va a ser la más brillante por mucho tiempo...

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