martes, enero 22, 2008

Sin palabras

Ayer en la mañana, como trato de hacerlo cada día, revisé la portada de La Tercera, y leí los titulares. Me llamó la atención el del accidente enIquique, en el camino al aeropuerto, principalmente porque tengo un compañero de curso que justo viajaba a iquique este fin de semana. Leí la noticia yla verdad es que no la quise ni terminar de lo terrible que era... casi todos muertos. Cual no fue mi sorpresa cuando en la tarde, como a las 3 más o menos, recibo una llamada de mi marido que me dice que una de las personas fallecidas en ese accidente era un compañero mío de universidad... con su señora, su hija pequeña y una guaguita que venía en camino... Quedé atónita, perpleja y no se de cuántas formas más se puede describir la sensación... alguien que no veo desde hace muchos años ya, pero que vi casi todos los días de mi vida durante cinco años.
Más tarde noté que tenía un correo donde un amigo nos avisaba a todos los que podía de la noticia... debe ser uno de los mails con menos respuestas masivas que he visto. Cumplía con el propósito, informarnos de lo posible en ese momento, en que aún habían noticias confusas respecto al estado de salud de la hija pequeña, pero no se prestaba para respuestas con copia a todos...
Llevo como dos días con el tema que me da vueltas... ese día nos llegó una fotografía de la familia, que había publicado la empresa donde trabajaban ambos... estaba más gordito, como todos ya después de casi 8 años, pero con la misma sonrisa de siempre. Ninguno hablaba mucho ese día en la noche tampoco... como que cuesta mucho entender que de repente se detenga un proyecto de vida y se destruya una familia en un segundo. Resultó curioso incluso como ambos nos fuimos lo más temprano posible a la casa ese día... con una ganas de abrazar a nuestros hijos y decirles cuanto los queremos...
Los correos han seguido llegando, con algunos detalles del velorio y funerales y noticias sobre la salud de la pequeña Daniela, la única que sobrevivió a esta tragedia. Un par por ahí ha contestado... pero yo no he tenido palabras para hacer lo que quisiera, que es decirle a los más cercanos, esos que aún lo veían frecuentemente y que han sentido de cerca la pérdida de un amigo y su familia, cuanto lo siento... por el recuerdo alegre que guardo yo del que fue un compañero de todos los días, y por el dolor de ellos al perder a un amigo de historias y vivencias tan entrañables como fueron para muchos de nosotros, copiados en ese primer correo, el paso por nuestra universidad... y aún conservarlo después de estos casi 8 años...

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